Convento dominico de San Pablo fue fundado en el siglo XVI por el canónigo Juan del Pozo Pino, cuyo anagrama se repite por todo el edificio, situado en plena Hoz del Huécar, frente a las Casas Colgadas. Algunas de las habitaciones del hoy Parador abren sus ventanas hacia ellas. Otras miran al claustro, acristalado, ideal para sentarse a leer en invierno.
Mimbre, tapices, cuero, alfombras españolas… La decoración no desentona con el lugar, más elegante si cabe desde que en 2004 se acometiera una importante remodelación.
Las camas con dosel de las estancias, bargueños, escritorios y otros muebles de época logran trasladarnos con la imaginación a aquellos tiempos en los que fue construido el convento en piedra, que aísla a los huéspedes, como a los frailes de entonces, del ruido de fondo de la ciudad. Platos bien aderezados forman la base de la cocina de Cuenca, servida con mimo en el restaurante del Parador. Entre ellos, morteruelo (paté de gamo con aceite de oliva) y alajú (hecho con almendras, nueces y miel).
Es de los paradores mas bonitos donde hemos pasado la noche mi marido y yo
ResponderEliminarMuy chula la pagina. La recomendaré a mis amigas del foro
ResponderEliminarMe gustan las paginas con informacion.
ResponderEliminarMe gusta tu sistema de las fotos, como se mueven y eso
ResponderEliminarAlli celebramos mi boda mi mujer y yo y lo recomiendo porque está muy bien
ResponderEliminarEl parador de Cuenca es uno de los mejores donde he estado
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